Visión Digital House

Los Coding Schools están en el centro de la revolución educativa

Los estudiantes aprenden a programar desde la primera clase con un sistema pedagógico basado en la práctica, y con los mismos métodos de trabajo que se utilizan en el mercado laboral.

De manera casi imperceptible comenzaron a surgir en las principales ciudades del mundo centros de estudios llamados Coding Schools, en los cuales se enseña programación a través de cursos cortos, inmersivos y presenciales basados en la práctica más que en la teoría. Así, lo que comenzó como una tendencia incipiente, se convirtió rápidamente en un fenómeno que está revolucionando la forma en la cual se forman programadores.

En estos institutos se enseña a los alumnos de tal manera que pueden sumarse inmediatamente al mercado laboral por dos motivos fundamentales: el primero, ya que aprenden mediante las mismas metodologías ágiles con las cuales trabajan los profesionales en las compañías. Por ende, estas personas pueden ser productivas desde el primer día laboral. En segundo lugar, hay un déficit mundial de personas con habilidades para escribir código. De hecho, datos de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de Argentina (CESSI) indican que la industria nacional no puede cubrir unos 5000 puestos para los cuales requieren profesionales TI, de los cuales el 86% de las búsquedas estuvo dirigida a cubrir la posición de “Desarrollador de aplicaciones”.

En este contexto mundial, y teniendo en cuenta que el nivel de conocimiento en tecnologías digitales evoluciona a un ritmo muchísimo más veloz comparado con el sistema de actualización de contenidos de las universidades, los Coding Schools vienen a cumplir un rol para enseñar a programar de manera rápida pero sólida en los lenguajes de más utilizados en el momento como PHP, JavaScript, Laravel, React, HMTL y MySQL, entre otros.

Diferenciales

Son varias las características que diferencian a los Coding Schools de cualquier otro centro educativo. En primer lugar, se basan en una metodología de aprendizaje que tiene un 70% de práctica y un 30% de teoría. Y es que, bajo la premisa de “aprender haciendo”, los alumnos incorporan los conocimientos desde el primer momento, a medida que practican escribiendo código.

Por otra parte, la estructura edilicia está pensada siguiendo las últimas tendencias en neuroarquitectura según la cual los espacios amplios, de colores suaves y con grandes ventanales -a través de los cuales ingresa la luz solar- predisponen para el aprendizaje y la comunicación. Por esto, en todos los casos estas “escuelas” cuentan con amplias zonas de uso que fomentan las relaciones interpersonales y el trabajo en equipo, ya que más que una simple institución educativa, reina el concepto de “comunidad”.

El boom recién empieza

Por todos los motivos ya mencionados, la cantidad de personas que asiste a los Coding Schools está creciendo a pasos agigantados. Por mencionar solo un ejemplo, un estudio reciente realizado en Estados Unidos y Canadá verificó que de estos centros 16.000 alumnos en 2015, mientras que en el 2014 finalizaron los cursos 6.740 personas. En 2013, lo hicieron poco más de 2 mil. Por otra parte, el promedio de duración de los programas es de 10,8 semanas.

Según los expertos, las personas tienen cada vez más interés por aprender a programar por varios motivos: en primer lugar, hay más conciencia respecto a la enorme salida laboral de los que saben escribir código. Además, se ven motivados por jóvenes que han ganado fama mundial y millones de dólares por haber desarrollado ideas digitales exitosas como Facebook, WhatsApp, Google o UBER, por mencionar solo algunas.

Las razones del éxito de los Coding Schools, continúan: a medida que aumenta el uso de internet y de los dispositivos móviles para realizar distintas actividades, todas las industrias deben subirse a esta ola, y las personas saben que cualquiera podría ser el creador de la próxima gran aplicación que tenga un éxito arrollador en todo el mundo. Por otra parte, está comprobado que saber programar tiene un impacto directo en la manera en la cual la gente piensa y desarrolla su creatividad para resolver distintos problemas, algo necesario para cualquier profesional.

Con el contexto ideal para que los programadores tengan éxito asegurado como empleados de cualquier compañía, como freelancers o emprendedores, los Coding Schools vienen a cubrir el vacío que había entre los colegios secundarios y las universidades, ya que hay una falta de conocimiento institucionalizado que está siendo capitalizado por estas escuelas no tradicionales tales como Flatiron School, que cuenta con varias sedes en Estados Unidos, Makers Academy, que está basada en Londres, Inglaterra; la española Ironhack, con sede en Barcelona, y Digital House, cuyo campus está ubicado en el barrio de Belgrano, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.